27 feb 2009

Jugar por la cara

La selección femenina, de corte amateur, disputará en Dubai el primer Mundial a siete.Acudir a la cita le ha costado a alguna jugadora perder el trabajo y, a otras, no tener vacaciones.
Ángela Lara - 27/02/2009 03:00

Una docena de jugadoras, todas ellas estudiantes o trabajadoras, se encuentran estos días concentradas en Madrid, desde donde el próximo 2 de marzo partirán rumbo a Dubai para disputar con España el primer Mundial de rugby 7 de la historia. La ilusión y el compromiso de estas chicas por afrontar una competición de este calibre, para la que se ganaron el billete el mes de junio pasado tras concluir cuartas en Limoges, es máxima, hasta el punto que todas ellas han realizado innumerables sacrificios por poder estar en Dubai.

Se trata de unas jugadoras con un extenso y surtido palmarés internacional que, pese a su inestimable aportación al deporte español, se han visto obligadas a hipotecar en algunos casos sus vidas profesionales y personales para poder seguir practicando un deporte que para ellas es su vida. "Estamos muy ilusionadas con este Mundial, con muchas ganas", asegura una de sus capitanas, Raquel Socías. "Para nosotras este deporte es día a día un sacrificio, pero para esta cita ha habido una preparación muy intensa que ha complicado la forma de compatibilizar nuestras vidas con el deporte. Hemos vivido por este Mundial, lo hemos invertido todo en él", destaca Raquel.

Las jugadoras españolas ganaron el cuadrangular internacional que se disputó a mediados de febrero en Málaga previo al Mundial FOTOS: M. BECERRA

Por amor al arte

Y es que las pocas horas de ocio de las que disponen a la conclusión de su jornada laborar o sus clases las destinan a prepararse, ya sea a través de entrenamientos con sus respectivos clubs o bien mediante sesiones en solitario. "Normalmente disponemos de pocas horas de ocio, pero este año ha sido más exagerado aún", señala la capitana, quien explica que "muchos días llegábamos de madrugada a casa sin haber cenado y teniéndonos que despertar al día siguiente a las 7 de la mañana".

Por su parte, la otra capitana, Montserrat Poza, recuerda que "no somos profesionales y hay que compaginar la competición con nuestras ocupaciones laborales. Eso es a veces muy difícil. Para poder acudir a esta concentración y a Dubai, loque suman unas tres semanas, hay compañeras que han perdido su trabajo y otras que han invertido sus vacaciones de verano", se lamenta, aunque su trabajo como profesora de educación física le ha permitido combinárselo bien. Raquel, que trabaja en la empresa familiar, admite que gracias a ello tiene más facilidad para marcharse, pero "a la vuelta, se acumula el trabajo".

La situación que viven estas jugadoras se explica en su mayor parte porque no gozan del estatus de deportistas profesionales. "No cobramos nada, sólo recibimos algunas ayudas, pero como el rugby no es un deporte olímpico, pese a ser deportistas de elite, tampoco podemos optar a becas ADO", relata Montserrat, quien aclara que las internacionales reciben dietas de la federación. Por el contrario, los jugadores de la División de Honor del rugby masculino tienen contratos profesionales o semiprofesionales, dándose la paradoja que en un mismo club ellos cobran por jugar mientras ellas no perciben remuneración alguna. Y lo más curioso es que la selección femenina es la que más éxitos ha aportado al deporte español.

Por lo tanto, no es de extrañar que Montserrat denuncie que "a veces nos sentimos defraudadas por el trato que se nos da por nuestra labor y nuestros resultados". Pero es que como destaca Raquel, lo suyo es amor y devoción por este deporte. "Nos gusta el rugby y la competición, y hacer las cosas bien nos da satisfacción. Sólo un Mundial como el de Dubai es una satisfacción para nosotras", destaca la capitana, quien proviene de una familia numerosa en la que dos de sus tres hermanos también han sido internacionales por España, lo que le permite afirmar que hay diferencias entre el rugby femenino y el masculino, más allá de los sueldos.

"Tiene diferencia porque somos diferentes, pero lo que mismo pasa en otros deportes", indica Raquel. El seleccionador José Ignacio Inchausti, también entrenador masculino, corrobora esas diferencias a nivel de rendimientodeportivo. "Hay diferencias notables. El juego de los hombres es más veloz, pero las mujeres son más disciplinadas", destaca el técnico, quien sin embargo asegura que estas diferencias no justifican un trato desigual. "El deporte es deporte, jueguen chicos o chicas y a me gusta por igual".

En cualquier caso, a partir del 5 de marzo y hasta el día 7, las jugadoras españolas participarán en el primer Mundial de rugby 7 en Dubai, al que viajan con gran ilusión y con el objetivo de dar el máximo de sí mismas, y más después de haber tenido que recorrer un duro camino hasta aquí. "No sólo vamos a Dubai, nosotras vamos a competir", afirma Raquel, quien es consciente de que un buen resultado en esta competición podría significar un salto de calidad para el rugby femenino. "La verdad es que da pena que tengamos que ganar un Mundial para que cambien las cosas, pero supongo que un buen resultado en Dubai da publicidad, nos daría a conocer y ayudaría a cambiar el deporte". En cualquier caso, estas chicas ya han hecho historia

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