8 oct 2007

Incroyable?

El veterano hooker de los All Blacks, Anton Oliver, habló de la desilusión de su equipo en otro fracaso en Copa Mundial. "El sentimiento en el vestuario era como una tierra de nadie. Una suerte de desolación. El olor a, y no quiero dramatizar, muerte. Pero así es como se siente, tierra de nadie y ese no es un buen lugar para estar".

El capitán Richie McCaw fue rotundo al explicar la actuación de su equipo. "No podemos hacer nada sobre esto ahora. Dolerá por un largo, largo tiempo. No tengo palabras. Creíamos que podíamos salir al campo y jugar bien. No jugamos tan bien como podríamos haber jugado".

El veterano hooker de los All Blacks, Anton Oliver, habló de la desilusión de su equipo en otro fracaso en Copa Mundial. "El sentimiento en el vestuario era como una tierra de nadie. Una suerte de desolación. El olor a, y no quiero dramatizar, muerte. Pero así es como se siente, tierra de nadie y ese no es un buen lugar para estar".

El capitán Richie McCaw fue rotundo al explicar la actuación de su equipo. "No podemos hacer nada sobre esto ahora. Dolerá por un largo, largo tiempo. No tengo palabras. Creíamos que podíamos salir al campo y jugar bien. No jugamos tan bien como podríamos haber jugado".


Desde Zona Rugby:

En un país donde nuestro deporte no deja de ser muy minoritario, hay dos opciones para disfrutar de la retransmisión de un partido: en la comodidad del salón de casa, bien provisto de cervezas para el que disponga de la emisora que compró los derechos o de la parabólica correspondiente, o bien acudir a uno de los múltiples garitos irlandeses que han proliferado de diez años a esta parte, merced a los excedentes de jugo de cebada de la Verde Erin que hay que colocar en el Continente. Es la opción que ayer elegimos. No lo oculto, nos regodeábamos antes de contemplar el feroz “Ka-mate”, incluso hasta el ensayo de McAlister, en la decepción que las decenas de franceses que abarrotaban el local habían de gustar al final del partido, no obstante su entusiasmo cantando la Marsellesa.

No había comenzado bien el partido para los vecinos del Norte, y aunque nadie ignoraba lo que ya había hecho Inglaterra, la imagen de Betsen abandonando el campo totalmente KO, no presagiaba nada bueno para Les Bleus.

Si alabamos hace unos días el perfecto diseño de la defensa colectiva de Los Pumas el día que jugaron con Irlanda, no podemos dejar de destacar lo que hizo ayer Francia. En puridad los delanteros franceses deben haber sufrido más que nosotros en el atestado local, pero, a salvo el ensayo de So’oialo, provocaron finalmente errores que salvaron el partido, cuando ya habían cambiado de plan de juego los All Blacks, tras la expulsión temporal de McAlister, el suceso que sin duda cambió las tornas del encuentro. El Honorable Lord Benbow-Thighs, también conocido como Almirante Benbow, vaticinó en ese momento la derrota de los neozelandeses (al final tuvo razón Laporte en esa suerte de guerra psicológica que desató durante la semana, que yo califiqué digna del legionario Monosabius, en evidente nuevo error de juicio…)

Algunos compararon el partido con aquel de semifinales de 1.999, pero yo discrepo. Aunque desde entonces no ganaba el Gallo a los AB, el partido de referencia es el de Nantes de 1.986. Desde entonces no había planteado Francia una defensa más hábil y medida, con el añadido ayer del acompasado juego de sustituciones que ordenó Mr Le Ministre (su futuro Jefe le contemplaba desde la tribuna, mientras Lapasset se mesaba los cabellos). Por cierto, contemplamos ayer la adoración francesa por Chabal y su gesto mandibular: el rugido de la afición azul estalló en el local más fuerte aún que con el himno. Genio del “marketing”.

En Nueva Zelanda, los periódicos y sitios de internet toman, más allá de la decepción, tono inquisidor. Sin embargo el muy conservador New-Zealand Herald pasa de la derrota para pedir ya cuentas después del "choque por la eliminación de los All Blacks ". Waikato Times resume el pensamiento de todo un pueblo, "Se acabó, Francia mata a los All Blacks".El Dominion Post resalta que "sólo los franceses festejaron en Nueva Zelanda", recordando como un traumatismo incurable la memoria sombría de 1999.Con humor e ironía, el sitio de internet especializado en rugby neozelandés "Rugby Heaven" se rebautizó "Rugby Hell" (el "infierno del rugby"), su editorial que ponía por delante a un equipo francés que sacudió "un equipo neozelandés relajado" según las declaraciones del capitán All Black , Richie McCaw.

El mal profundo del rugby neozelandés se estigmatizó allí, en su incapacidad recurrente para ganar una gran competición mundial, aunque el sitio precisa que "durante períodos largos, el equipo neozelandés jugó mejor rugby que cualquier otro equipo de la competición sería capaz de jugar".Rugby Heaven habla de la guillotina para evocar el futuro del técnico Graham Henry y denota una dramatización del acontecimiento evocando después del éxito de Inglaterra, la "superioridad del Hemisferio Norte". ¡No, usted no sueña!

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